El auge de los estilos de vida sana han hecho que los grandes almacenes de cadena empiecen a mirar este segmento con más seriedad.

La baja producción de productos orgánicos es uno de los principales retos que afronta actualmente este mercado en Colombia, un sector que apenas se está desarrollando y lucha para conquistar nuevos clientes que demandan alimentos libres de insecticidas y fertilizantes químico-sintéticos para sus estilos de vida saludable.

El país tiene todo el potencial para aprovechar las ventajas del negocio en el territorio nacional y consolidarse en los hogares colombianos, pues, según cifras de Fedeorgánicos, federación que agrupa a productores y comercializadores de productos orgánicos de Colombia, existen alrededor de 55.000 hectáreas sembradas con cultivos de este tipo a nivel local, una cifra que no alcanza a ser el 1 por ciento de las siete millones que ocupan las siembras tradicionales.

Para Luis Betancur, presidente de Fedeorgánicos, el principal problema del sector obedece a la falta de una política clara que le brinde un empujón al mercado, ya que “cada vez hay más pequeños empresarios metiéndose en el tema”.

Una estrategia para crecer puede estar en proyectos de sustitución de cultivos ilícitos por alimentos orgánicos. Estos son productos que tienen una mayor acogida en el mercado internacional y para exportarlos se pueden aprovechar las cooperaciones internacionales que existen en el país. Adicionalmente, no compiten en un mercado interno que está muy monopolizado con otro tipo de artículos”, asegura.

Al respecto, Felipe Quintero de Gourmet Inc, distribuidora de artículos orgánicos, señala que desde el 2014, cuando abrió la tienda, hasta la fecha el mercado ha crecido en un 80 por ciento. Los clientes que hacen pedidos están en edades entre los 22 y 60 años, pertenecen al estrato tres en adelante y se distribuyen en todo Bogotá.

“Hemos evolucionado a tener productos artesanales como vinagretas, panes y tortas. Esto porque la demanda también ha aumentado y las personas buscan productos cada vez más sanos. Nosotros somos nueve huertas aliadas para sacar la producción.”, precisa Quintero, quien agrega que sobre los productos que distribuye el precio aumenta, pero no de manera exagerada.

“Un pedido promedio por persona está alrededor de seis ítems. La espinaca es un buen producto para nosotros, el tomate y las ensaladas que hacemos. La frescura es la preferencia, sin ningún tipo de manipulación”, precisa.

En ese sentido, Betancur anota que las fortalezas del país en este sector están en las frutas, ya que tienen una proyección importante. “Todavía le falta desarrollo en eso y si se llega a hacer proyectos productivos con el tema de frutas orgánicas eso sería muy importante”, sostiene.

De acuerdo con Betancur, otra oportunidad está en los procesados como lácteos y carnes, “que son muy apetecidos en la comunidad internacional”, explica el dirigente, al tiempo que recalca que en este mercado hay alrededor de 10 empresas que se dedican a exportar.

“En el país los productos pueden ser más caros porque la producción es baja comparada con otros países. El 95 por ciento de lo que se produce en Colombia es exportado y, cuando usted tiene una producción pequeña con un mercado internacional que le está pidiendo, se encarece el producto local alrededor de un 10 por ciento.

En esta cadena de valor entran también jugadores como EcofloraAgro, empresa dedicada a la producción de extractos de plantas para el manejo de plantas y enfermedades de los cultivos orgánicos o que apuntan a disminuir las trazas de sustancias químicas en las plantaciones.

Carlos Vivas, gerente comercial de EcofloraAgro, señala que el mercado para el sector se ha incrementado gracias a la restricción del uso de agroquímicos en la producción de frutas y hortalizas de exportación, dado que los mercados externos son los que exigen la inocuidad del producto.

“Por ejemplo, los empresarios que están exportando aguacate hass están muy pendientes de respetar los periodos de carencia y de manejar productos libres de tóxicos al periodo cerca de la cosecha para evitar las trazas de productos químicos”, recalca.

Vivas añade que en este caso se nota que esos productos sin ser orgánicos apuntan a una reducción de tóxicos, más por un tema de exigencia del mercado que por una agricultura orgánica. “En el tema de agricultura orgánica hay algunas empresas productoras de hortalizas y de aromáticas que tienen unas unidades destinadas al tema orgánico, que son clientes de nosotros”, dice.

NICHO AL QUE APUNTAN LOS GRANDES SUPERMERCADOS

El Grupo Éxito, a través de su marca Carulla, al final del 2018 espera invertir 12.000 millones de pesos en el nuevo formato Fresh Market, en el que los clientes pueden encontrar frutas y verduras frescas del campo, productos orgánicos cultivados en una huerta dentro del almacén y carne con certificación sostenible.

Un concepto inspirado en estilos de vida saludable, una visión sostenible y responsable con el medio ambiente. El objetivo de crear el formato, además de estimular a proveedores y consumidores, es lograr que represente el 10 por ciento de las ventas anuales de Carulla. En el supermercado se pueden encontrar alrededor de 3.000 referencias entre las que se encuentran cerca de 170 productos orgánicos, de origen limpio.

Noticia tomada de: http://m.portafolio.co/negocios/alimentos-organicos-un-negocio-para-sacar-provecho-en-colombia-520050

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