Una tradición que aún continua por falta de carreteras y que ha hecho que municipios de Tolima, en pleno siglo XXI, todavía usen esta bella práctica.

“Algunos narran que a finales del siglo XVI llegó a ver unas 10 mil mulas entre Manizales, (Caldas), Mariquita y Honda en Tolima”, según Tiberio Murcia, historiador del municipio de Honda.

La arriería ingresa por Honda, Tolima, a mediados del siglo XVI y a lomo de mula se empezaron a potenciar económicamente los municipios cercanos a la cordillera central, más hacía el norte del departamento. El historiador Tiberio Murcia cuenta que los cronistas en sus líneas manifestaron que el famoso camino real entre Honda-Santa Fe construido en 1558 requiere de bestias para transitarlo.

La arriería va naciendo con la carga de los tesoros que llegaban a Honda, para ser remontados en bergantines, en champanes y así ser conducidos a Cartagena, de Cartagena a La Habana, y de La Habana a España. En dos ciudades fundadas en aquella época, San Bonifacio de Ibagué y San Sebastián de Mariquita, el intercambio de sacar el oro y plata en las minas del Sapo, de Santa Ana y Victoria hacía el río Magdalena fue a lomo de mula.

Con la llegada de los ingleses y con ello la comunicación férrea en Honda por el Llano de Villegas, Pericos, Yeguas, La Dorada, San Sebastián de Mariquita, Ambalema y así hasta Ibagué en 1906 y la construcción del cable aéreo, el trabajo de arriería mengua.

Tomado de: Gobernación del Tolima

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