El pasado viernes 26 de julio se llevó a cabo en la plaza de mercado de Kennedy en Bogotá, el lanzamiento de un proyecto que busca abrir espacios a los productores de la región central de Colombia para que lleven sus productos 100 % naturales y puedan venderlos a los bogotanos.

Allí fueron exhibidos la papaya, la piña y por supuesto, la especialidad de Nidia, el plátano. A raíz del problema en la vía al Llano, debió planear como transportar 500 piñas, 3 guacales de papaya y 6 bolsas de plátano por las largas trochas de la vía para llegar a la capital colombiana, de ahí, pasarlos a otro medio de transporte, meterse entre los grandes edificios de Bogotá y encontrarse con su meta, vender los frutos en la plaza de Kennedy. “Fue dificilísimo, llevamos las bolsas de plátano hasta Granada, luego hasta Villavicencio y de Villavicencio lo transportamos en un camión turbo hasta Bogotá”.

Por más de 15 horas, los alimentos deben ser cuidados para que ni siquiera el salto del camión provocado por las piedras y el paso de las quebradas, las dañe. Para Nidia, lo más difícil de su trabajo no es vender sus frutos en una ciudad desconocida, es todo lo que tiene que hacer para completar este fin. “Yo creo que es fácil la venta pero es difícil el transporte, sería muy bueno que el Gobierno nos apoyara con el transporte porque el sacrificio que nosotros hacemos para cultivar y sacarlo directamente de la ciudad, si debería ser recompensado”.

Pese a las interminables horas de viaje, acompañados de 500 piñas y de 6 bolsas de plátano, y más tarde el ruido agobiador de los carros en medio de los trancones en Bogotá, Nidia no se rinde a su sueño de comercializar sus cosechas por fuera de su pueblo.

Sus ayudantes lograron hacer conexiones importantes con otros productores, para que cada cada vez que se suban a la odisea de viajar a Bogotá, se motiven más a lograr el cometido. “La experiencia fue muy bonita y buena, la experiencia de venta fue muy buena porque hemos tenido contactos ya para de pronto más adelante un mejor pedido”, señaló. Nidia inició sus primeras cosechas de plátano a partir de unas semillas que Acción social le regaló por sustitución de cultivos.

Más tarde, con las monedas de su bolsillo, alcanzaron el sueño de tener su propia tierra. “Muy difícil, al principio fue muy difícil. Nos tocó sacar del arriendo una maicera para poder sembrar la platanera dentro de una maicera. (…) Tocaba subir escaleras, pasar un rio en canoa para llegar a Caños negros”, lugar donde empezó su primer cultivo de plátano. “A mi me gustaría que en Villavicencio hubiera una plaza donde la pudiéramos llevar, porque a nosotros nos queda más fácil aquí en el departamento”, expresa Nidia, conciente de que, aún así, es más fácil transportar los plátanos en su tierra.

Mientras esto sucede, la mujer no se queda quieta. En cada amanecer hace un recorrido por sus matas de plátano, papaya, yuca y aguacate que protege en sus tres hectareas de tierra y aunque no es mucho, ella persiste para que Colombia vuelva a amar los frutos 100 % naturales.

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