• Según la FAO, 1.3 millones de toneladas al año, es decir el 33 % de los alimentos producidos a nivel mundial, se pierden o desperdician.

Bogotá, D. C., 30 de septiembre de 2024. La RAP-E Región Central participó en el panel, ‘La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos como elemento fundamental para lograr un mundo hambre cero’, que se llevó a cabo en el marco de la 5ª Semana de Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos 2024. Este encuentro, organizado por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico reunió a destacados expertos comprometidos con el desarrollo de iniciativas que buscan revolucionar la seguridad alimentaria en la región.

Durante el evento, Jorge Eduardo Aya Rodríguez, responsable del eje de Infraestructura de Transporte, Logística y Servicios Públicos de la RAP-E, resaltó la importancia de compartir conocimiento sobre el manejo poscosecha de frutas y hortalizas, las buenas prácticas de manufactura y el aprovechamiento de residuos orgánicos para prevenir o mitigar las pérdidas y desperdicios de alimentos.

“Presentamos el ejercicio que hemos realizado en asocio con la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) sobre el análisis de las causas de daños que se producen en el manejo poscosecha para lograr un mayor impacto en la reducción de las pérdidas, logrando una mayor disponibilidad del volumen de alimentos, lo que permitiría una disminución del precio y, en consecuencia, una mayor accesibilidad a los alimentos por parte de la población más vulnerable”, expresó Aya.

El funcionario de la RAP-E agregó: “Compartir esta información con todos los actores de la academia, la industria y las universidades permite integrar y articular esfuerzos para desarrollar acciones que mejoren las condiciones de los productores, fortaleciendo su capacidad para generar mejores ingresos con todas sus cosechas. Además, busca que los consumidores comprendan que el desperdicio de alimentos es un problema que se puede evitar y con conciencia colectiva, es posible reducir significativamente las pérdidas en la Región Central”.

El encuentro que se realizó en la Universidad de La Salle se centró en analizar uno de los mayores desafíos actuales; la enorme cantidad de alimentos que se pierden y desperdician a lo largo de las cadenas de abastecimiento, desde la producción hasta el consumo. Según la FAO (2021), cerca del 33 % de los alimentos producidos a nivel mundial, lo que equivale a 1.3 millones de toneladas cada año, se pierden o desperdician. En este contexto se evaluaron cada uno de los eslabones de la cadena y se identificaron las fortalezas, debilidades y necesidades.

Por su parte, Dora Lucía Rincón, profesional de la Dirección de Economía Rural y Abastecimiento Alimentario de Bogotá, destacó la importancia de trabajar en equipo por un futuro alimentario eficiente y sostenible. “Trabajar de forma articulada entre universidades, instituciones públicas y privadas permite generar investigaciones, concienciación en los consumidores y esfuerzo conjunto por la reducción del hambre y desperdicios de alimentos”, manifestó la funcionaria del Distrito.

Reflexiones sobre el futuro alimentario de la Región Central

Los panelistas expertos de la Universidad de La Salle, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Cooperativa de Colombia y EatCloud, identificaron opciones clave para mejorar el abastecimiento de alimentos, fortalecer la seguridad alimentaria y optimizar el uso de los recursos naturales en la Región Central.

“Hemos podido abordar temáticas muy puntuales alrededor de la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos en frutas y hortalizas, tomando alguna de ellas como caso de estudio y obteniendo unos resultados positivos. Generamos conocimiento que nos permita a través de la Universidad llevar hacia entidades como la RAP-E el desarrollo de estas temáticas para tener un mayor impacto en las regiones, especialmente en la Región Central, que como sabemos, nos alimenta a nivel Colombia”, comentó Ismael Povea, profesor investigador de la Universidad de La Salle.

Este espacio de diálogo abordó estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia un sistema alimentario más equitativo y sostenible desde perspectivas como el desarrollo de la infraestructura, la tecnología, la educación y soluciones innovadoras en empaques, envases y bioeconomía, en línea con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 que busca transformar el derecho humano a la alimentación.

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