• Esta fecha se celebra cada 22 de marzo, como una medida para concientizar acerca del cuidado de los recursos hídricos a nivel mundial. Para este año y bajo el lema ‘Agua para la Paz’, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pone a consideración este, el más importante recurso natural para la vida.

Bogotá, D. C., 21 de marzo de 2024. En el corazón de Colombia, la Región Central emerge como un bastión de recursos hídricos, vital para el sustento de la biodiversidad y el bienestar de las más de 16 millones de personas que la habitan, con el 50% de los páramos del país; esta región se posiciona como un paraíso hídrico en el contexto nacional y mundial.

Los 18 complejos de páramos presentes en la Región Central son: Cruz Verde-Sumapaz, Sierra Nevada del Cocuy, Tota-Bijagual-Mamapacha, Las Hermosas, Chingaza, Pisba, Los Nevados, Nevado del Huila-Moras, Guantiva-La Rusia, Chilí-Barrangán, Guerrero, Sotará, Iguaque-Merchán, Rabanal y río Bogotá, Guanacas-Puracé-Coconucos, Los Picachos, Miraflores y Altiplano Cundiboyacense.

“En el Día Mundial del Agua es imperativo enfatizar la importancia de conservar y proteger nuestros ríos, quebradas, páramos, humedales y, en general, todas las fuentes hídricas. Estos cuerpos de agua además de esenciales para la vida cotidiana, juegan un papel crucial en el impulso del desarrollo económico, la biodiversidad y el equilibrio ecológico”, expresó Ricardo Agudelo Sedano, gerente de la RAP-E.

Quien, al tiempo resaltó que la Región Central produce más de 27 veces la cantidad de agua que gasta al año, es decir, su oferta hídrica es de 326.870 millones de metros cúbicos (m3 ) mientras que la demanda es solo de 11.845 millones de m3 al año, según datos del Estudio Nacional del Agua (ENA, 2022).

En marcha el Plan de Seguridad Hídrica de la Región Central

El plan, construido por la Región Administrativa y de Planificación Especial (RAP-E) en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es la hoja de ruta para el cuidado y la preservación del agua en Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Huila, Meta y Tolima, a 2030.

El documento entrega lineamientos y estrategias enfocadas en: la conservación de las áreas naturales que proveen el servicio ecosistémico; el abastecimiento de agua de calidad para todos los usuarios en las zonas rurales; el fortalecimiento de la capacidad de adaptación frente a los efectos del cambio climático y la promoción de la gobernanza del agua, entre otras importantes acciones.

A la fecha, la RAP-E avanza, en conjunto con aliados estratégicos del orden nacional y regional, en la estructuración y puesta en marcha de tres proyectos estratégicos. El primero, enfocado en la conservación de ecosistemas de alta montaña, con el que se busca mejorar la adaptabilidad al cambio climático y la seguridad del agua en los páramos de Chingaza, Sumapaz, Guerrero y Guacheneque.

El segundo, le apuesta a la restauración ecológica en el río Suárez, con el fin de fortalecer la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la cuenca alta de este afluente hídrico. Y la última de las apuestas se basa en el diseño de un sistema de alertas tempranas de eventos hidroclimáticos para prevenir riesgos climáticos, enfocándose en inundaciones y flujos torrenciales en la Región Central.

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