A través de seis grandes domos de vidrio, con 3.800 metros cuadrados, usted podrá conocer los ecosistemas más representativos del país sin salir de la capital. Se trata del único tropicario de América Latina, ubicado en el Jardín Botánico de Bogotá, donde encontrará no solo las plantas representativas, sino las comunidades y las especies que los habitan.

En general, es un recorrido que pasa por el Amazonas y el Chocó; por los bosques secos, por una colección especializada de plantas de conservación, plantas útiles y los superpáramos. Todos, con la temperatura y la humedad que los caracteriza.

Las casas de vidrio, como las llaman los botánicos, son espacios con condiciones controladas, que permiten, en el caso de la capital, que a 2.600 metros sobre el nivel de mar vivan plantas de otros ecosistemas, como la selva húmeda tropical o los valles interandinos.

“Bogotá tuvo el primer tropicario, de casitas bajas, gracias al padre Enrique Pérez Arbeláez, fundador del Jardín Botánico, quien inició su construcción en 1955, con la idea de tener la representación de todas las plantas que hay en el país. Ese espacio abrió en 1970 y funcionó hasta el 2016”, contó Martha Liliana Perdomo, directora del Jardín Botánico de Bogotá.

Antes del cierre del primer tropicario, se presentó al Fondo Nacional de Regalía el proyecto de un tropicario moderno y más amplio; en 2016 se inició su construcción, y en diciembre de 2020 entró en operación. Para hacerlo, los investigadores del Jardín llevaron a cabo expediciones botánicas, para encontrar y traer las plantas que se necesitaban o las que estaban con algún grado de amenaza.

Hoy, en estos espacios, hay representadas 98 familias de plantas, que pertenecen a cerca de 312 géneros botánicos. En total, son más de 400 especies y de esas 100 están bajo amenaza. “Lo que el público encontrará son invernaderos, en los que, para evitar un golpe de temperatura, iniciamos el recorrido por el superpáramo y los ecosistemas que están por encima de los 4.000 metros sobre el nivel del mar. De ahí vamos a la selva húmeda, el bosque seco tropical, las plantas útiles de Colombia y la zona de colecciones especializadas para conservación”, contó Perdomo.

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