Más de un millón doscientas mil plantas sembradas, en 29 municipios, hacen parte de los resultados del proyecto ‘Páramos para la Conservación’, que, a la fecha, ha implementado actividades de restauración activa y pasiva en los complejos de páramos de El Cocuy, Bijagual, Mama Pacha, Guerrero, Chingaza, Sumapaz y Cruz Verde.

(Bogotá, 22 de octubre de 2020). La Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E) viene implementando, desde el 2017, acciones de conservación y restauración en los complejos de páramo, bosque altoandino y de servicios ecosistémicos de su territorio, a través del proyecto ‘Páramos para la Conservación’, iniciativa gubernamental que contó con una inversión aproximada de $32.000 millones, financiados por el Sistema General de Regalías (SGR).

“Nuestras acciones en terreno nos permitieron -gracias al trabajo articulado con las comunidades- la restauración ecológica de 1.098 hectáreas, de las cuales, 751 corresponden a restauración ecológica activa (perchas para aves, aislamiento y siembra de material vegetal) y 347 a restauración ecológica pasiva (perchas para aves y aislamiento). Igualmente, se implementaron acciones de reconversión productiva en 650 Ha. de 1.300 familias, en 51 municipios y dos localidades de Bogotá DC”, explicó Julio César Prada, coordinador del proyecto Páramos de la RAP-E.

La metodología implementada también tuvo un alto componente socioambiental, desarrollado mediante talleres y foros, a través en los cuales se capacitaron niños, líderes ambientales y comunidad en general, en temas como restauración y educación ambiental, desde el diálogo de saberes.

Según declaró el coordinador Prada, interactuaban con las familias “bajo los contextos actuales de la Ley 886, en temas de uso del suelo y proyectos productivos en inmediaciones de las áreas. Logramos con esto que se disminuyera el uso de productos de síntesis química, reemplazados por unos más sanos; técnicas de trabajo más naturales y de producción en pastos para ganadería no tan extensivas. Igualmente, los procesos de restauración fueron acordes a los espacios naturales que aún tenemos en nuestros páramos, gracias a los procesos de nucleación, conformación de módulos y a una forma específica de siembra, llevados a recuperar diversidad biológica”.

Conservación ambiental referente para el país

Con el fin de que la población pueda verificar los trabajos adelantados, los resultados de este proyecto podrán ser consultados a través de un Geoportal, instrumento que la RAP-E está construyendo, donde se alberga la estructura ecológica principal de la Región Central.

“Estamos proyectando todas nuestras actividades de restauración y reconversión para los próximo12 años. Con el Geoportal, a partir del primer trimestre del 2021, podrán verificar qué procesos se instauraron, qué especies sembramos, a qué altura o qué modelo de restauración hicimos; de esa manera, hacemos seguimiento y podemos tener un control en los procesos de recuperación de diversidad a través del tiempo. Esta plataforma nos va a servir para seguir apoyando a nuestros asociados, como lo que somos, un ente de planeación; y a los ciudadanos, para que lleven un proceso muy planeado de restauración y de reconversión productiva, buscando estrategias complementarias entre otros espacios”, detalló Prada.

Resultados en cifras

• Durante la ejecución del proyecto, se agruparon 1.300 familias asentadas en Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Meta y Tolima, que participaron en el componente de reconversión productiva.

• 1.098 hectáreas de páramos fueron impactadas con procesos de restauración: 300 en Bogotá, 205 en Boyacá, 386 en Cundinamarca, 32 en Meta y 175 en Tolima.

• Se formaron 4.675 niños como líderes ambientales: 1.000 en Bogotá, 1.005 en Boyacá, 1.860 en Cundinamarca, 540 en Meta y 270 en Tolima.

• 1.785 habitantes de ecosistemas de páramos fueron capacitados como líderes ambientales: 400 en Bogotá, 415 en Boyacá, 660 en Cundinamarca, 145 en Meta y 165 en Tolima.

• Más de 13.000 plantas fueron sembradas como en cercas vivas, como parte del avance en restauración ecológica dentro de predios privados de las familias participantes.

• Se instalaron 11 viveros en concertación con centros educativos y entidades como la UAESP-Bogotá, Corpoboyacá, PNN y alcaldías municipales, con quienes trabajará en el rescate de material vegetal nativo, que será ingresado en áreas disturbadas y/o degradadas de la EER-RC.

Además, se entregaron protocolos a las administraciones municipales para su mantenimiento, así como herramientas básicas para el monitoreo de estas áreas (cámaras trampa y binoculares), las cuales serán integradas a la implementación de PRAES, que permitan acercar y comprometer a las nuevas generaciones en estos procesos.

La recuperación de la huerta casera como fuente alimenticia para el hogar y de ingreso económico para todas las familias integradas al proyecto y la implementación de sistemas silvopastoriles y agroecológicos, como experiencia exitosa basada en contextos sociales económicos y ambientales de cada territorio, hacen parte, asimismo, de los logros obtenidos.

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