Por: Ricardo Agudelo Sedano
Inversión pública, conservación del patrimonio cultural, oferta multidestino, gestión ambiental y biodiversidad, protagonismo de la población local y conectividad, son algunos de los desafíos en materia de turismo para los próximos 10 años en la Región Central.
El turismo es uno de los nuevos motores de la economía mundial, sin duda, el petróleo del siglo XXI. En Colombia este sector representa el 4.7 % de la economía nacional y se ha convertido en un pilar para la generación de empleo con más de 1,40 millones de puestos de trabajo.
Incluso, según el Consejo Mundial de Viaje y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) se proyecta que el ‘país de la belleza’ cierre el 2024 con un aporte de US$19.200 millones al Producto Interno Bruto (PIB), agregando que entre enero y marzo de 2024, más de 1.6 millones de personas visitaron Colombia. No hay duda, soplan vientos favorables para el turismo en Colombia.
Desde la RAP-E construimos una ‘Visión Turística a 2035’ con el objetivo de consolidar a la Región Central como el epicentro turístico del país y un destino competitivo y sostenible para el mundo. Actualmente, la Región Central representa el 41 % del PIB nacional y recibe más de 1.680.000 turistas al año, es decir el 47,92 % de los extranjeros no residentes que llegan a Colombia. La amplia oferta de atractivos turísticos, la diversidad cultural, la riqueza gastronómica, las oportunidades de negocio, la variedad climática, el encanto de la naturaleza, y por supuesto, la calidez de la gente, hacen de la Región Central (Bogotá D.C., Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima y Huila) un verdadero paraíso.
Esta visión de futuro para un turismo sostenible recogió elementos de planificación turística de los territorios, con los cuales se identificaron y consolidaron las principales problemáticas como región y, a partir de estas variables, se desarrollaron ocho apuestas estratégicas que nos permitirán construir un escenario ideal como sector turístico regional a 2035: inversión pública en turismo; protagonismo de la población local; gestión ambiental y biodiversidad; conectividad; conservación del patrimonio cultural; mercadeo estratégico; oferta multidestino; calidad y oferta de valor agregado.
Estas apuestas estratégicas se cruzaron con tendencias globales de turismo, entre las que se destacan, la búsqueda del bienestar, la economía colaborativa, el trabajo remoto, los turistas hiperconectados, la diversificación, la tecnología, la accesibilidad universal, las experiencias auténticas, y el turismo sostenible y regenerativo.
Realizado este ejercicio, y a través de un análisis metodológico, desde un escenario optimista a 2035, se determinaron una serie de intervenciones claves o determinantes, con miras a potenciar el turismo como una plataforma de desarrollo económico, como un escenario de cuidado y conservación de la naturaleza, y como una fuente de oportunidades para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Región Central.
En este sentido, es fundamental que se fortalezcan los mecanismos de gestión de la inversión pública, las alianzas público-privadas, el acompañamiento a los emprendimientos locales, el rescate y protección del patrimonio cultural, la vinculación de otros sectores a la cadena de valor, la identificación de mercados especializados y de alto valor, el impulso y desarrollo de infraestructura para la conectividad y la concreción de un plan de transformación digital. Además, en el componente ambiental, es clave aprovechar la biodiversidad de la región aplicando la normatividad en el control de acceso a los atractivos naturales e implementando el concepto de economía circular de manera integral.
El desafío es enorme y la experiencia debe garantizar una gestión sostenible que equilibre la protección de los ecosistemas, el bienestar de la gente y la riqueza cultural, desde un modelo innovador, inclusivo y resiliente para que el país y nuestra Región Central sean referente regional y mundial.
Tomado de: El Espectador