Más fuerte”, se escucha en la multitud. “Qué viva el Llano”, grita alguien en el público. La música llanera está en su máximo esplendor y se aproximan más de 140 grupos de bailarines zapateando. La Avenida 40 y la calle 15, las más importantes de la ciudad de Villavicencio, está a reventar, esperando el inicio de la versión número 54 del Festival Internacional del Joropo, realizado durante los últimos cinco días en el Meta.

Era sábado. El calor, como es costumbre al mediodía en la capital del Meta, estaba en su momento más álgido. Pero eso no fue impedimento para que cientos de turistas arribaran a Villavicencio para observar el Joropódromo.

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