Las plantas de gaita, que pertenecen al género de los bambú nativos y viven en los bosques andinos sobre los 2.200 a 2.800 metros sobre el nivel del mar, están desapareciendo por cuenta del cambio climático y la extensión de la frontera agrícola. Si la gaita se extingue termina con la cestería, una tradición milenaria que en el momento es el sustento de unas 50 familias en Márquez y Lengupá. Pero también afectaría el ecosistema porque hay una gran cantidad de animales y de otras plantas que trabajan unidos a ella.
Por su parte la comunidad, para minimizar el impacto, está utilizando toda la planta para las artesanías, como lo explicó la representante, Joana Arias: “antes cuando se tumbaba la gaita se utilizaban sólo los cinco primeros metros, en este momento una gaita puede medir 12 a 15 metros entonces esos otros ya se traen y se elaborar productos más pequeñitos.
Fuente: Última Hora Noticias