La espiral alcista en Colombia está incontenible. Como muchos temas que afectan el bienestar individual y colectivo, es un tema recurrente en el día a día de los colombianos. El mes de marzo reveló que uno de los problemas que agobian más al colombiano de a pie es el desbordamiento de los precios de la canasta familiar.

En el mes de marzo la variación de precios al consumidor alcanzó el mayor nivel en la última década (1,05 por ciento), como consecuencia de la escalada alcista en muebles y electrodomésticos para el hogar, salud, transporte, hoteles y restaurantes, alimentos (tubérculos, plátanos, arroz, legumbres, leche y frutas frescas, sobre todo las importadas, entre otros) y, particularmente, las tarifas de los servicios públicos, en particular los escandalosos aumentos en los recibos de energía eléctrica. En Tunja, las tarifas cobradas por la EBSA aumentaron en 15,53 por ciento.

Los mayores incrementos se registraron en Popayán, Ibagué, Medellín y Tunja, en esta última ciudad la variación del índice de Precios al Consumidor (IPC), se situó en un nivel sin precedentes: 1,21 por ciento. Es de esperar que la desaceleración de precios que se anticipa para el resto del año, resulte estimulada por un moderado repunte de la economía y una mejoría en el comportamiento del mercado laboral.

Desde que se instaló el gobierno del presidente Petro hasta febrero de este año se han creado 73.000 nuevos puestos de trabajo, mientras que 211.000 colombianos abandonaron su condición de desempleados. A finales de 2022 en Boyacá se incorporaron al mercado de trabajo alrededor de 60.000 personas, en tanto que el número de desempleados se mantuvo en 63.000 y los subempleados se elevaron en 17.000 personas. En contraste, en Tunja, donde el número de ocupados asciende a 75.000 personas, la dinámica laboral se ha mantenido inalterable, después de la severa recaída provocada por la pandemia.

De otra parte, en lo corrido del año (enero-marzo), Tunja se destaca como la ciudad más cara dentro de las 23 ciudades encuestadas por el DANE (5,27 versus 4,56 por ciento), por cuenta de rubros como educación, restaurante y hoteles (el menú ha alcanzado niveles estratosféricos), transporte, salud y alimentos y bebidas, principalmente.

Uno de los guarismos que mayor impacto causa entre los analistas económicos es la variación interanual de precios, que mide la trepada de precios en el mismo periodo de referencia entre dos años consecutivos. En efecto, al compararse estas cifras, se encuentra que la inflación en Tunja (14,33 por ciento) rebasó el promedio nacional (13,34 por ciento), ocupando la ciudad el cuarto lugar, después de Cúcuta, Sincelejo y Valledupar.

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