No hay duda de que la riqueza natural y cultural de Colombia, la convierten en un gran destino turístico, pero la creciente ola de inseguridad pone en riesgo este renglón de la economía.  


Por: Ricardo Agudelo Sedano

Su riqueza natural, el encanto de las culturas, los saberes ancestrales, la diversidad climática, la gastronomía, entre otras maravillas, hacen de Colombia el país de la belleza. Durante los primeros cinco meses de 2024, logró cautivar amás de 2.5 millones de viajeros internacionales, cifra queconfirma el extraordinario momento que vive el turismo como uno de los motores de la economía nacional.

En materia de empleo superó las expectativas. De acuerdo con el Informe Anual de Impacto Económico del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), al cierre de 2023, el sector turístico generó 1.3 millones de puestos de trabajo, cifra que corresponde al 5.5 % del total de empleos en el país.

La recuperación del turismo tras el coletazo de la pandemia se caracterizó por un enfoque progresivo, cuyo atractivo se encausó en conectar al turista con una experiencia natural. A lo expuesto, se suma el carisma, la alegría y la amabilidad,tres características propias del ADN colombiano. Tanto así que el año pasado, el barómetro de la Organización Mundial del Turismo (OMT), posicionó a Colombia como el octavo país a nivel mundial y el segundo en América en términos de recuperación turística internacional.

A pesar de estos indicadores, y del futuro brillante que WTTC pronostica para Colombia -pues se estima que en el año 2034 este sector generará más de 250.000 nuevos empleos-, en el turismo no todo es color de rosa. El alarmante fenómeno de la inseguridad y el deterioro del orden público reflejan tiempos de convulsión social que empiezan a afectar el ingreso de turistas.

Los grupos al margen de la ley han recrudecido el conflicto, sembrando miedo y temor en nuestros paraísos turísticos. Hace unos días, el Consejo Turístico Colombiano (CTUR) se pronunció ante el alarmante incremento de incidentes violentos que han perjudicado la industria del turismo en los últimos meses. Según CTUR, estos actos no solo ponen en peligro la vida y el bienestar de los ciudadanos, turistas y empleados, sino que también afectan la imagen de Colombia como un destino turístico seguro.

El impacto se ha visto reflejado en la disminución de vuelos internacionales, la cancelación de reservas y el cierre de establecimientos.. Hace unos días, el Consejo Turístico Colombiano (CTUR), se pronunció ante el alarmante incremento de incidentesviolentos que han perjudicado la industria del turismo en los últimos meses. Según CTUR, estos actos no solo ponen en peligro la vida y el bienestar de los ciudadanos, turistas y empleados, sino que también afectan la imagen de Colombia como un destino turístico seguro. El impacto se ha visto reflejado en la disminución de vuelos internacionales, la cancelación de reservas y el cierre de establecimientos.

Preocupa, además, que en la Región Central, tres de sus departamentos asociados: Meta, Huila y Tolima, reporten graves problemas de orden público. En este contexto, la estrategia del gobierno nacional en torno a la Paz Total, si logra consolidarse, sería clave para mejorar la seguridad en la región y fomentar el turismo; de lo contrario, la situación sería desastrosa para este renglón de la economía. Un entorno pacífico no solo protege a turistas y operadores, sino que también impulsa la inversión y el desarrollo turístico.Más aún, cuando la RAP-E acaba de presentar la ‘Visión Turística Región Central 2035, un plan estratégico que busca impulsar la economía, aportar a la competitividad y fortalecer la proyección internacional. Esta visión, proyecta recibir un 55 % de los turistas que ingresan al país, una inversión del 3,5 del PIB, una satisfacción del turista superior al 95 %, y que el 50 % de las empresas de turismo sean de la comunidad local.

Por eso, nos unimos al clamor de los operadores turísticos de reanudar con urgencia las mesas de seguridad que permitan promover medidas de prevención, vigilancia, control y protección, tanto del turista como de los prestadores de servicios. ¡La ejecución del Plan Estratégico de Seguridad Turística es una prioridad!

El gobierno, la fuerza pública, el sector privado y la comunidad deben coordinarse y gestionar acciones concretas para que la actividad turística se consolide como un factor de desarrollo económico y un referente de paz.

Fuente: El espectador 

 

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