Los bogotanos, tras más 20 años de vivir la jornada del Día sin Carro, ya conocen la dinámica, la acatan y son disciplinados. Así quedó demostrado este jueves, cuando la capital se sumó a la jornada mundial, en la que participaron 2.000 ciudades del mundo, en la que los ciudadanos guardaron sus vehículos particulares, para darle un respiro al planeta.

Los resultados, al final de la jornada, según la administración, fueron satisfactorios. Solo en términos ambientales, señala la secretaría de Ambiente, con la salida de circulación de casi 1.8 millones de carros particulares y casi 500.000 motos, sirvió para que se dejaran en emitir por un día 7.600 toneladas de CO₂, que corresponden a una reducción de cerca del 51 %, de la contaminación que a diario se vive en la ciudad, mientras que las de carbono negro se redujeron en 25 %.

De igual manera, frente al material particulado (PM), que es uno de los más nocivos para la salud de los seres vivos, el Distrito recalcó que al comparar un día como el de este jueves con otro de similares condiciones del clima, se puede establecer una reducción del 38%, con lo que se podría ratificar que jornadas como estas sirvieron para mejorar la calidad del aire.

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