Ibagué, 8 de abril de 2025 – Liderado por la Secretaría de Educación del Tolima, el encuentro fue instalado por el secretario Andrés Felipe Bedoya Cárdenas, quien subrayó la relevancia del PAE no solo como un apoyo a la permanencia escolar, sino también como una herramienta para cerrar brechas de inequidad y avanzar en la seguridad alimentaria del territorio.

«Un estudiante bien alimentado mejora su rendimiento académico, pero más allá de eso, el PAE es un pilar para disminuir las desigualdades que enfrentamos en materia de seguridad alimentaria», afirmó Bedoya.

Durante la jornada, se reveló que actualmente 72 mil 532 estudiantes se benefician del programa en sus modalidades mayoritaria y diferencial indígena, gracias a una inversión de $56.194 millones. No obstante, uno de los temas más sensibles fue el déficit de recursos para garantizar el servicio hasta finalizar el año escolar.

En este sentido, Bedoya hizo un llamado al Gobierno Nacional, representado en la jornada por Sebastián Rivera Ariza, director de la Unidad Administrativa Especial de Alimentación Escolar – Alimentos para Aprender (UApA), quien asumió el compromiso de gestionar el faltante presupuestal.

«Faltan $59 mil millones para cerrar el año. La gobernadora ha anunciado que el Departamento aportará $16 mil millones, pero necesitamos con urgencia que la Nación disponga los $43 mil millones restantes para no poner en riesgo la continuidad del programa», agregó el secretario.

Otro punto central fue la socialización del estado actual de la “bolsa común”, mecanismo de articulación entre municipios y el Departamento. Según informó el director de Cobertura Educativa, Felipe Urueña, 27 municipios ya se encuentran en fase de preacuerdo, 12 en proceso de acercamiento y solo uno ha manifestado no estar interesado en suscribir el convenio. A este último, se le brindará acompañamiento institucional y de los entes de control para garantizar la atención a sus estudiantes.

La Mesa Pública fue una muestra del compromiso del Gobierno Departamental con la transparencia, la eficiencia en la gestión pública y la participación activa de todos los actores del sistema educativo, en aras de fortalecer un programa que no solo alimenta, sino que cuida y transforma vidas.