Si bien, hace unas décadas el cultivo de la planta de algodón creaba un fuerte jalonamiento a la economía del Tolima y el país, esa nieve blanca que se teñía en varias hectáreas fue lentamente perdiendo dinamismo y presencia en la región. Hoy, sin embargo, a trancas y barrancas, diferentes actores pronostican su resurrección.
Jorge Ignacio Tamiran, un espinaluno de corazón que trabaja en una empresa algodonera, es una de las tantas personas que observan con optimismo el despegue que está teniendo este cultivo, luego de que durante mucho tiempo fue relegado por otros productos. Se acomoda el sombrero tejido a paja que lo protege del exacerbante rayo de sol, y comenta como: “Todo parece indicar que va a haber un resurgimiento de algodón, y Dios quiera que así sea, pues esto ha ayudado mucho a mi familia y a las de todo el pueblo”.
Mientras alimenta con algodón a la máquina desmotadora, la cual se encarga de recibir el producto crudo y procesarlo, Tamiran comenta cómo los paisajes en esta época del año se asemejan a los de la década del 90; y no es por menos, ya que la Confederación Colombiana de Algodón (Conalgodon) proyecta que las cosechas son tan grandes en el Tolima, Huila, Cundinamarca, Valle, la Costa y los Llanos Orientales, que podrían generar ingresos cercanos a los $400.000 millones en el periodo 2022 – 2023.
Las positivas estimaciones se dan tiempo después de uno de los tantos momentos difíciles que han tenido que afrontar decenas de agricultores y empresas que se dedican al cultivo y desmote; y es que tras las vicisitudes que se dieron producto de la guerra comercial entre China y EE.UU., el sector resultó malherido, pues en el contexto de nivelación de exportaciones, se comenzaron a colocar aranceles que provocaron que el país norteamericano sacase algodón que tenía almacenado, lo que terminó repercutiendo en los precios.
Con un tono de voz certero, de esos que solamente dan los años y la experiencia, Jairo Palma Cifuentes, quien es director de Emprenorte y productor de algodón desde hace 38 años, describe la actitud que ha tomado con respecto a los vaivenes de su labor. “Yo mantengo la continuidad en el cultivo y he conocido todas las crisis que han existido en el tiempo, por lo que nosotros tratamos, como cualquiera, de aprender a sobrellevarlas (…) porque lastimosamente siempre habrá contratiempos que resolver”.