#SoluciónVíaAlLlanoYa
Ante la recurrente problemática del cierre de la vía Bogotá-Villavicencio, por cuenta del invierno y las condiciones geológicas inestables y de adversidad climática, la RAPE Región Central, como primer esquema asociativo regional de Colombia, hace un llamado al Gobierno Nacional para constituya de manera inmediata una Mesa Interinstitucional que diseñe e implemente un plan de intervención efectivo y resolutorio de esta situación que, en forma recurrente, pone en serio riesgo la estabilidad económica del empresariado regional y la seguridad alimentaria de miles de familias de los centros urbanos, incluida la ciudad de Bogotá, dependientes del abastecimiento proveniente de esta importante despensa alimentaria del País, así como los sectores de hidrocarburos, transporte, comercio y servicios complementarios que dinamizan el desarrollo regional.
De esta Mesa deben hacer parte todas las entidades que tengan directa relación con la solución del problema, así como los gobiernos regionales afectados, para trazar el Plan de Intervención del Corredor Vial en los puntos críticos, con cronogramas, actores y fuentes de financiamiento, convirtiéndola en la única instancia de consolidación de información y seguimiento de acciones que defina con claridad la solución a este problema que se debe convertir hoy en una causa de País, frente a lo que sufre el Departamento del Meta y el oriente colombiano.
Basta con revisar las cifras más relevantes de la catástrofe que se vive cada vez que hay un cierre de este corredor vial. De acuerdo con la Gobernación del Meta y la Cámara de Comercio de Villavicencio, los cierres ocasionan largas esperas que aumentan los costos de transporte y afectan la calidad de los productos, en especial los del sector avícola que cuenta con más de 86 granjas ubicadas en los Llanos Orientales.
Un cierre de 24 horas ocasiona pérdidas millonarias a los palmicultores de la región, quienes dejan de movilizar alrededor de 1.500 toneladas de aceite, equivalentes aproximadamente a $2.900 millones.
También afecta a los ganaderos de la región, quienes se estima aportan alrededor del 50% del cerdo y el 65% del ganado bovino que se consume en Bogotá, ciudad hacia donde se movilizan 600.000 cabezas de ganado al año, es decir, un promedio de 1.700 por día.
Según datos reportados por ANDI, diariamente se presentan pérdidas que ascienden a los $4.000 millones, con graves afectaciones a la competitividad regional. En el sector transporte, son igualmente graves las pérdidas a raíz de la disminución de flujos vehiculares que oscila entre el 65% y 90%, según COVIANDES, teniendo que asumir altos costos por el cese de la actividad. Así mismo, el transporte de pasajeros intermunicipal evidencia una afectación de cientos de millones de pesos, sin contar el alto costo que deben asumir los usuarios del servicio al incurrir en sobrecostos por uso de transporte aéreo, que incrementa hasta 5 y 6 veces el costo de tiquetes, o por el uso de la vía alterna por El Sisga – El secreto.
Además, según la misma ANDI, otros sectores, como la construcción también se afectan; pues en un cierre medio de 10 horas se pueden tener 500 toneladas de materiales de construcción represados, generando un incremento en los costos de transporte entre el 50% y el 100% reportando igualmente una caída de las ventas de vivienda en un 35%, según datos reportados por CAMACOL.
Mil toneladas de cemento que normalmente se transportan a diario desde la capital del Meta, reportan debido al cierre vial un costo promedio de 400 millones de pesos diarios en pérdidas. Igualmente se dejan de despachar 150 tractomulas con material de agregado para construcción, que notablemente afecta el sector y la pérdida de confianza de los inversionistas.
Los constantes cierres viales también impactan el turismo, que es una de las apuestas de desarrollo regional más importantes del Departamento del Meta y la Orinoquía. Según COTELCO, los bajonazos en el gremio hotelero del departamento iniciaron una vez se registró la tragedia en el puente de Chirajara, cuando una de las pilas del atirantado se desplomó, aumentando con cada cierre de la vía la incertidumbre generada alrededor del peligro que se corre al transitar por este corredor vial, ante los deslizamientos de tierras y por el pánico generado por la falta de información clara que permita garantizar el tránsito y retorno de visitantes, lo que disminuye la ocupación hotelera en un 90%.
Son muchos los efectos negativos que traen los cierres de este importante corredor vial, no solo para los sectores económicos y sociales, sino para la gobernabilidad de los territorios aislados; pues la ciudadanía busca en sus gobernantes regionales una solución que claramente está en imposibilidad de atender, situación que amerita, de una vez por todas, un análisis serio y planificado para atacar la raíz del problema y pasar de la atención de emergencias durante cada invierno a la elaboración de un Plan de Intervención permanente para resolver de manera definitiva esta grave situación.
Por ello, la RAPE REGIÓN CENTRAL ofrece todo el apoyo y capacidad institucional para hacer parte activa de este instrumento propuesto, al tiempo de servir de enlace y articulador institucional, en el marco de nuestra misión como Región Administrativa de Planificación de la Región Central de Colombia, en lo que considere el Gobierno Nacional y las partes interesadas.