- El Plan de Seguridad Hídrica (PSH) de la Región Central se consolida como un instrumento clave de planificación y financiamiento para fortalecer la resiliencia territorial. En su marco se desarrollan acciones concretas como el proyecto ´Ordenamiento alrededor del agua y adaptación climática en el corredor Chingaza – Sumapaz – Guerrero – Guacheneque’ (también conocido como Corredor de Páramos), una de las iniciativas más representativas para la adaptación al cambio climático y la gestión integral del agua en los territorios.
- La presentación se realizó en el marco del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, durante el encuentro convocado por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que reunió a instituciones y actores territoriales para reflexionar sobre el financiamiento de la resiliencia.
Bogotá, D. C., 15 de octubre de 2025. En el marco del espacio de diálogo multisectorial promovido por la UNGRD, la Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E) Región Central presentó la ponencia ‘Plan de Seguridad Hídrica: un mecanismo de financiamiento para la prevención del riesgo y la adaptación al cambio climático’. Este encuentro tuvo como propósito fortalecer la cooperación y las estrategias de financiación orientadas a reducir el riesgo y promover la adaptación frente a los efectos del cambio climático.
Durante su intervención, Juan Camilo Moreno, profesional del eje de Sustentabilidad Ecosistémica y Manejo de Riesgos de la primera entidad pública supradepartamental del país, explicó cómo la planificación regional y la asociatividad territorial se han convertido en pilares para optimizar recursos, fortalecer capacidades locales y construir territorios más resilientes y sostenibles.
“El PSH es una estrategia clave para la financiación de acciones de adaptación y reducción del riesgo de desastres. En este escenario compartimos la experiencia del proyecto ‘Ordenamiento alrededor del agua y adaptación climática en el corredor de páramos Chingaza – Sumapaz – Guerrero – Guacheneque’ como una muestra exitosa de gestión de recursos para la adaptación al cambio climático. Desde la RAP-E promovemos acciones que fortalecen la resiliencia y el desarrollo sostenible de la Región Central”, afirmó el profesional.
Este plan, construido con y para los territorios, cuenta con un enfoque participativo que permitió aunar esfuerzos entre instituciones, comunidades y sectores estratégicos en torno a la gestión integral del agua, la reducción del riesgo y la adaptación climática. Con un horizonte de acción 2024–2030, el Plan de Seguridad Hídrica ya ha logrado movilizar recursos técnicos y económicos para iniciativas concretas de adaptación.
Por su parte, Nelson Hernández Marulanda, profesional Especializado de la UNGRD, subrayó la importancia del enfoque financiero en la gestión del riesgo: “Este año quisimos reflexionar sobre el financiamiento de la reducción del riesgo de desastres y las brechas que enfrentan los territorios para implementar medidas de conocimiento, reducción, preparación y recuperación. Espacios como los que promueve la RAP-E son fundamentales, porque fomentan la corresponsabilidad y la articulación entre niveles de gobierno para avanzar hacia la generación de resiliencia en el ámbito local”.
Corredor de Páramos: una apuesta regional por la adaptación climática y la gestión del agua
Entre las acciones que se derivan del PSH se destaca el proyecto ´Ordenamiento alrededor del agua y adaptación climática en el corredor de páramos Chingaza – Sumapaz – Guerrero – Guacheneque´, conocido como Corredor de Páramos, que cuenta con una inversión superior a los $90 mil millones. Esta iniciativa, liderada junto con la Gobernación de Cundinamarca y Conservación Internacional, es financiada con recursos del Fondo para la Vida y la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y busca fortalecer la acción climática del país con una visión a corto, mediano y largo plazo.
El proyecto se centra en ecosistemas de alta montaña y aborda acciones como la restauración ecológica, la contención de la deforestación, el ordenamiento del territorio alrededor del agua, la justicia ambiental y la transformación productiva. Además, integra tres componentes estratégicos: conservación, enfocada en la protección de ecosistemas estratégicos para la regulación hídrica; adaptación, orientada a la recuperación de coberturas naturales degradadas en los cuatro complejos de páramo clave para la seguridad hídrica de Bogotá y la Región Central; y gobernanza, que promueve el fortalecimiento de capacidades locales y la gestión colaborativa del territorio.
Moreno destacó que: “Con el propósito de fortalecer la gestión y la financiación de acciones orientadas a mejorar la adaptación climática y la prevención del riesgo de desastres, la experiencia de la RAP-E Región Central invita a repensar la gestión del riesgo desde sus causas subyacentes, bajo un enfoque integral y sistémico que permita intervenir tanto las condiciones de amenaza como de vulnerabilidad, y acceder a recursos de diversos sectores: ambiental, social y productivo”.
Con esta participación, la RAP-E Región Central reafirma su compromiso con la planificación regional, la acción climática y la gestión sostenible del agua como ejes estratégicos para la prevención del riesgo, la adaptación al cambio climático y la construcción de una Región Central resiliente.
